EL IEE, ACTOR PRINCIPAL EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA EN EL MUNDO
El Instituto de Energía Eléctrica (IEE), ubicado en la provincia de San Juan, Argentina, forma parte de la Facultad de Ingeniería. Se trata de una unidad de doble dependencia: Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Está integrado por profesionales altamente especializados en Argentina y en centros de investigación de excelencia del exterior, en los campos de la ingeniería y la economía de los sistemas energéticos.
Desde 1973, el IEE realiza investigaciones aplicadas y participa en el desarrollo del sector eléctrico tanto de la República Argentina como de América Latina.
Su director, el Dr. Ing. Marcelo Molina, nos comparte el presente de esta institución de prestigio.
¿Qué trabajo está haciendo el IEE en países latinoamericanos?
Hace poco, fuimos a El Salvador a hacer un trabajo de transferencia con la Unidad de Transacciones de ese país, a través de una licitación que hemos ganado. Se trata de una temática nueva para nosotros. Le ganamos a una empresa alemana, después de una evaluación técnica y económica. Lo interesante de esto es que estamos trabajando el tema de energías alternativas, que es cuánta energía alternativa se puede introducir en el sistema para que opere correctamente. Estamos trabajando en el área de energías alternativas y estudiando los sistemas eléctricos para ver cuánta soporta y cómo van a operar con ella. Ahí hay un tema muy importante que es la incorporación del almacenamiento de la energía, que es la vedette del siglo XXI, en argentina no se está haciendo nada prácticamente. Pero El Salvador, por ejemplo, como copia mucho de Estados Unidos, es una ventaja en ese sentido. La segunda parte de este trabajo considera qué almacenamiento de energía hay que incorporar en la red eléctrica para que se mejore la operación con energía alternativa en el sistema y a eso sumarle también qué otras aplicaciones se le puede dar a ese almacenamiento.
Algo parecido están haciendo profesionales del IEE en Perú. Es un proyecto muy interesante porque incorpora tecnología nueva a nivel de distribución. También estamos trabajando en Panamá, Guatemala, varios países. Son diferentes tipos de trabajos pero están orientados hacia lo mismo.
Acá en Argentina tenemos un montón de trabajo, más que nada a nivel de distribución. Por ejemplo, estamos trabajando con el EPRE para modificar las normativas a futuro para incorporar EA y nuevos actores todavía no contemplados, como la generación de las casas, y almacenamiento también. Eso no va a entrar acá hasta dentro de 5 o 10 años, pero ya se está viendo.
¿Por qué, en cuanto a energías alternativas, Argentina está más retrasada que otros países?
Argentina es un país muy tradicionalista. En el tema energético es todo económico y acá se trata de hacer con la menor inversión posible. Entonces hay tecnología nueva que no se prueba hasta que no esté más asegurada a nivel de funcionamiento, son muy novedosas, se trata de aplicar siempre la tecnología más madura. Pero Argentina puede construir todo esto, otros países no tienen esa capacidad. La capacidad que hay en Argentina es increíble. Esa es la gran diferencia con otros países de Latinoamérica. El problema nuestro es económico, no existe mercado para que se fomenten las cosas. Nosotros mismos, cuando vamos a hacer un trabajo para otro país que cobramos en dólares, lo pesifica el Banco Central a través del Banco Nación al cambio oficial, y nosotros vamos para allá a hacer el trabajo con dólar tarjeta. Perdemos plata, parte de la ganancia termina siendo pérdida, no somos competitivos de esa forma. Lo que hacemos es asumir una perdida. Si cobráramos con un dólar diferente, sería mucho mejor. Todos los trabajos que incluyen nuestra participación lo tenemos que pagar nosotros con dólares que ni siquiera nos venden. Nos pasó hace unos años atrás que íbamos a hacer un trabajo con unos transformadores de Colombia, que los íbamos a introducir a través de una importación provisoria que no habilitaron, así que perdimos el trabajo.
¿Cómo hacen para ser profesionales tan avanzados en un contexto que avanza lento?
Somos investigadores, y esa es la clave de todo. Nosotros investigamos cosas que usa más el primer mundo que nosotros. Mis trabajos incluso después terminan, porque los publicamos porque son las reglas del CONICET, en patentes de Estados Unidos o China, los ves citados, entonces lo ocupan en otros lados y no acá. Estamos abasteciendo al mundo.
¿Los otros países del mundo cómo avanzan en el tema energético?
Estados Unidos es la vidriera de todos los sistemas habidos y por haber, tienen diferentes mercados, sistemas eléctricos y problemáticas. Se parece a nosotros: tiene líneas de alta tensión muy largas entonces más complicado de abastecer las demandas. Europa en cambio tienen todos los países cercanos conectados entre sí, entonces son diferentes problemáticas. En el tema de almacenamiento, California lleva la delantera. Tiene casi 50 millones de habitantes, es la décima economía del mundo ese estado. Tiene nuestras problemáticas: el mismo clima, incendios, calores, terremotos. Predomina la energía fotovoltaica. Ahora el almacenamiento es una obligación casi. Están fomentando los sistemas fotovoltaicos en las casas con almacenamiento.
¿Por qué San Juan no termina de hacer el salto al sistema fotovoltaico en las casas?
Porque la ley se ha implementado hace poco y no hay un incentivo tan grande. Entonces al día de hoy no conviene. Con la energía subsidiada no es negocio para una casa. Pero esta instalación tiene muchas ventajas, como asegurar el suministro a través del almacenamiento de la energía, entonces ante un problema eléctrico a vos te sigue funcionando todo. Eso es energía premium. Pero falta incentivo, pero yo confío que lo va a haber. Sobre todo con la fábrica de paneles fotovoltaicos. Hay tres cosas importantes en el tema energético. Una, es cambiar los hábitos. Otra, cambiar todos los electrodomésticos y lámparas de la casa, por unos que generen menor consumo. Y tres, poner paneles fotovoltaicos. En estas últimas dos es donde intervienen el mercado y el gobierno con las normativas.
¿Qué lugar ocupa el litio?
Argentina tiene el 70% de reserva del mundo en el triángulo famoso con Bolivia y Chile. El litio es clave porque es el almacenamiento del futuro desde el punto de vista de las baterías. Pero aparte del litio, el vector energético del futuro es el hidrógeno. Ya hay inversiones en Argentina y en varios países. Argentina tiene mucho potencial porque tiene la posibilidad de generar a partir del recurso eólico, y la Patagonia puede proveer de energía para toda América completa.
En todo este contexto internacional, nacional, regional y local, ¿cuál es el rol del IEE?
Nosotros tratamos de hacer nuestro aporte en lo que es la investigación y la transferencia de la tecnología en temáticas novedosas, tratando de adelantarnos a lo que se va a usar o a lo que vamos a necesitar. El almacenamiento para nosotros es utópico ahora, pero en 10 años será una realidad en casi todas las casas. Tenemos la ventaja de que podemos direccionar las tesis de maestría y doctorado a temáticas novedosas que se aplican después en los sistemas eléctricos. Las temáticas que están predominando hoy en día en el Instituto son las de transición energética, es decir, la transformación del sistema eléctrico hacia una red eléctrica del futuro que sea sustentable completamente.
¿Cómo es la relación del IEE con los centros de prestigio mundial?
Nosotros trabajamos con diferentes institutos y universidades de todo el mundo justamente para trabajar con la última tecnología, aunque no sea la que ocupamos hoy en día acá. La función nuestra es mirar 10 años para adelante, por lo menos. Además, a través de los becarios de diferentes países que vienen a hacer su posgrado a San Juan logramos lazos interesantes y es la forma en la que se va extendido la familia del Instituto.
¿Cuál es el valor distintivo del IEE?
Participamos de la transición energética en Latinoamérica con un papel tan protagónico. Somos el único instituto de la Universidad y del Conicet que ha logrado poder transferir los conocimientos que tiene a la industria y a la sociedad de una forma tan completa. Competimos con consultoras mundiales pero nuestra diferencia mayor es que integramos nuestras investigaciones, es decir, avanzamos hoy hacia los conocimientos del futuro. Además, no somos una máquina de generar cosas, en la ecuación nuestra está la parte humana, que no está en otro lado.